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Cuento de Hadas

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En Para Niños te traemos este hermoso cuento que nos enseñara valores que podremos enseñar a nuestros hijos, mientras vas leyendo y relatando irán descubriendo los valores que tenemos que poner en practica en nuestras vidas y en la vida de nuestros hijos.


Hubo una vez una viuda que tenía dos hijas. La mayor era muy parecida a ella, tanto física como en su carácter. Ambas eran muy antipáticas y soberbias, tanto, que la gente llegó a apartarse de ellas.

Sin embargo, la más pequeña era dulce y con una gran bondad. Se parecía por completo a su padre, además de que era muy guapa. La madre demostraba que quería a la hija grande y a la pequeña la odiaba. 


A la pequeña le obligaba a realizar todas las tareas domésticas e incluso a que comiese en la cocina, que trajese cántaros de agua de la fuente y todo el trabajo en general.

Una de las veces que fue a llenar su cántaro se le acercó una mujer mayor que le pidió agua. Ella se la ofreció y la mujer bebió. Una vez terminado de beber, le dijo a la niña que era tan buena y guapa que merecía un regalo.

La viejecita era en realidad un hada que quería comprobar la bondad de la joven, y al verla buena le dijo que por cada palabra que salía de su boca brotaría una flor o una piedra preciosa.

Poco después la chica llegó a casa y encontró a la madre enfadada por el retraso.

Al pedir disculpas, de la boca de la chica salieron dos rosas, dos perlas y dos diamantes. La madre se quedó atónita y le preguntó que qué es lo que había pasado. La chica se lo comentó mientras seguían saliendo flores y piedras preciosas.

La madre le dijo a la hermana mayor que fuese ella también a la fuente a dar de beber a la vieja y se dirigió al lugar con una jarra de plata.

Cuando llegó vio a una mujer muy bien vestida que le pidió agua. Era la misma hada, pero con otro aspecto. La muchacha le dijo que si tenía sed que bebiese de la fuente. El hada, enfadada, hizo que por cada palabra que pronunciase saliese de su boca una rana o una serpiente.

Al ver la madre esto, culpó a la hermana pequeña y le pegó. La chica se fue de la casa a un bosque cercano. Al rato, el hijo del rey pasó por el lugar y la encontró, preguntándole que qué era lo que hacía.

Al contestar que su madre le había pegado, el príncipe vio cómo de su boca salían las piedras preciosas. La chica le explicó la razón de aquello, y el príncipe la llevó a palacio donde acabó casándose con ella.
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